domingo, 28 de diciembre de 2014

Nuevos hallazgos sobre los Reyes Magos

Pruebas recientes de ADN realizadas a los cuerpos de los llamados Reyes Magos, quienes reposan desde hace varios siglos en la catedral de Colonia en Alemania, han revelado datos sorprendentes. Contrario a lo que se ha creído hasta el momento, no todos procedían desde el oriente. Solo uno de ellos provenía de esa región, concretamente de la India. Otro de los supuestos reyes pertenecía a la tribu de los masai que poblaban el sureste de  Africa. 

El hallazgo que ha conmovido profundamente a la gente de ciencia revela que una de las osamentas es de mujer y que de acuerdo a la documentación encontrada junto a ésta, proviene de las frías islas del norte de Europa. Pero lo más sorprendente es que en el mismo lugar se ha encontrado un cuarto nicho con restos  de un humano proveniente de Sur América, a decir por los signos de su escritura. Es un hombre de huesos anchos y de baja estatura. Su ADN corresponde en un 96% con los descendientes de los Incas en la tierra de lo que hoy es Perú.

De acuerdo a los pergaminos encontrados junto a cada una de las osamentas, la mujer celta partió del norte de la región que hoy se nombra como Irlanda. Aunque el pergamino no lo precisa se cree que dejó su tribu después de un ritual realizado en el otoño donde celebraban la cosecha y la noche de la liberación de los espíritus. Desembarcó en la tierra de los galos. Allí, en la parcela  donde siglos más tarde se construyó la catedral de Chartres, contactó la divinidad en compañía de un druída, de quien recibió orientación de continuar su camino hacia el sur. Tomó  un navío en el puerto de los venecianos que la condujo  a la tierra ocupada por los descendientes de Abraham.

Por su parte el masai, fuerte y  de muy alta estatura salió de su tierra del sur con varias ovejas y portando un instrumento largo de madera para arriarlas. Recibió noticias del acontecimiento de Belén una tarde que daba cacería a un león de la sabana africana que amenazaba su rebaño. Ya atardecía y la noche lo sorprendió en la llanura, de repente el león se detuvo y comenzó a rugir con su melena en alto mientras señalaba la Osa Mayor, tanto insistió el león que el masai levantó su cabeza y divisó el grupo de siete luminosas estrellas que se despeglaban en el norte de este a oeste. Sintió en su corazón el llamado a dejar su lanza y ponerse en marcha junto a sus ovejas. El león fue delante de él sin molestar las ovejas hasta sacarlo de los predios de las hienas.  Meses después, ya cerca de las pirámides, un egipcio de buen corazón le canjeó un camello por las ovejas. Fue así como prosiguió su camino.

El único mago de verdad fue el originario del territorio de los indis. Era un sabio estudioso de los astros. Desde hacía años estaba siguiendo el rastro de un cometa de cola larga ubicado entre  la constelación de Sagitario y la de Capricornio. Cada año el cometa liberaba múltiples luces que cruzaban el cielo en todas las direcciones, pero teniendo como radiante el centro de esos grupos de estrellas. Se puso en marcha hacia occidente porque una de esas noches la cola del planeta concentró toda la luminosidad posible y se inclinó a occidente encendiendo de forma intermitente sus luces con un ritmo inusual. Dejó su tierra y su casa y montado en un elefante cargó con sus pergaminos llenos de anotaciones y coordenadas.  
  
Mientras que en una montaña muy lejana de allende los mares, un sacerdote inca contemplaba noche tras noche el movimiento de las astros. Había estudiado detalladamente una agrupación de estrellas y nebulosas que atravesaba todo el cielo como si fueran una leche derramada en una alfombra negra. Había observado puntos oscuros y luminosos que se alternaban por épocas y que tenían relación con fenómenos en las corrientes del mar. Desde hacía semanas sentía una gran inquietud de dejar su montaña sagrada para emprender una búsqueda que le diera explicación a una imperceptible transformación (para ojos legos) en la galaxia que le hacía perder horas de sueño. Atravesó las altas cumbres y llegó hasta el mar, tal y como habían hecho sus antepasados sacerdotes que en noches de aguas tranquilas miraban las estrellas reflejadas. No observó nada inusual en el mar pero algo lo invitaba a tomar un embarcación y navegar por las aguas azules.

En la soledad de sus noches marinas, observaba la inmensa galaxia con puntos negros, dentro de uno de los cuales se dibujaban dos luceros grandes que nunca había visto en sus años de vida y estudio. Fue así como después de varios meses las corrientes lo llevaron de isla en isla hasta la hoy isla de Java. Luego fue a parar a las costas de la India, y de allí a Pakistán. Después de varios días, caminando por desiertos de arena y rocas de color ocre, avistó a lo lejos un animal grande con un ser humano  en el lomo. En el lenguaje misterioso de aquéllos  que han desarrollado su parte divina compartieron sus saberes sobre el fenómeno que estaba por ocurrir. Abordaron juntos el elefante  dialogando sobre las diversas maravillas del cosmos y esperando la nueva aparición del cometa como cada año.Pasaron meses y llegaron a orillas del río Jordán.  

Mientras, la mujer celta que por varias semanas había surcado el Mediterráneo en un barco mercante que había partido de Venecia, desembarcó en las costas de la tierra de Palestina. Por su parte así lo hizo el hombre masai que venía en su camello desde Egipto. Se encontraron ambos en la franja de Gaza. Allí sus ojos, mentes y corazones se atrajeron porque buscaban lo mismo. Se subieron al camello y siguieron hacia el norte  guiados por la estrella polar situada muy cerca de la Osa Mayor. La mujer que había sido guiada por su intuición, que no era más que la divinidad dentro de ella, se colocó en la parte delantera del camello. Muchas grutas y cuevas fueron encontrando en el camino, las hay a montones en esas tierras de medio oriente.

Así pasaron días de trayecto hasta que una noche decidieron observar detenidamente el cometa de cola larga y brillante que habían avistado las noches anteriores. Se desmontaron del camello para poder explorar el terreno con más dedicación. En ésas estaban cuando vieron acercarse  un elefante. La mujer celta se asustó, ya que nunca había visto algo semejante. El masai la calmó y se quedaron tras una roca observando los nuevos tunantes. Los vieron estudiando el cielo, así que sospecharon que al igual que ellos buscaban algo en los alrededores.

Los cuatro aventureros unieron sus esfuerzos, sus saberes y corazonadas e iniciaron su búsqueda en ese territorio seco y pedregoso. La noche era hermosa, la luna estaba apenas comenzando a crecer, había una estrella blanca gigante que se observaba hacia occidente, y el cometa estaba cada vez más cerca de ellos. Su cola derramaba sobre una especial gruta,  una miríada de meteoritos que se fugaban hacia arriba y abajo. La cueva estaba rodeada de ovejas y con ellas los pastores que cuidaban la entrada. Los cuatro se acercaron  respetuosamente, pidieron permiso para entrar, se presentaron con las manos vacías y los brazos abiertos al misterio. No tenían ninguna explicación, solo se miraron, arquearon sus cejas, e inclinaron sus cabezas. Fue éste el primer encuentro entre personas de latitudes, continentes y culturas diversas. Luego las cosas se complicaron, fueron apresados y silenciados por Herodes, pero sus pergaminos y anotaciones quedaron entre sus mantas. Se cuenta que los llevaron a Jerusalén y  luego a Roma, de allí se escaparon. Nunca se ha sabido cómo llegaron al territorio de los germanos. 


¡Inocente Mariposa!





                         

       

martes, 23 de diciembre de 2014

Entre la maldad y la bondad


Desde todos los tiempos hay motivos de esperanza y desesperanza. Imagino los años del nacimiento del niño Jesús por allá por los tiempos del imperio romano. Un César Augusto ambicioso y un Herodes megalómano y cruel. Pero también había unos sabios de oriente que atraídos por una estrella buscaban el conocimiento. Pasó que el malvado de Herodes quiso confundir a los sabios, quienes por suerte, según las escrituras, no regresaron por el mismo camino para evitar dar noticias a Herodes.

Ocurrió también entonces, que hubo posaderos que no quisieron dar alojamiento a la familia de Jesús que bajaba de Nazaret a Belén a empadronarse. Sin embargo, estuvo disponible un refugio de pastores, calentito, con una fogata y el aliento de una vaca y un burro. Lo bueno y lo malo conviven en un mismo tiempo y espacio, en una misma situación, en una misma persona.

Actualmente somos testigos en nuestra época de muertes accidentales que golpean y entristecen a familias enteras, asaltos a mano armada y otros subrepticiamente. Me llena de pesar que en una de las potencias más grandes del planeta todavía existan actitudes racistas igual que en esta media isla nuestra. Me avergüenzan e indignan los abusos cometidos por sacerdotes de la iglesia católica  a niños y niñas indefensos. Sin embargo qué satisfacción tan grande he sentido al igual que muchas personas, por el discurso de denuncia del  papa Francisco frente a la alta esfera de El Vaticano. Qué alegría escuchar que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están por reanudarse. Nuevas brisas  de democracia también soplan en nuestro país en medio de tanta corrupción e inequidad social.

Los dos lobos de la fábula, el bueno y el malo, cuál será más fuerte? El que se alimente mejor.   Trigo y cizaña, inseparables por naturaleza. Parábola profética predicada por Jesús en aquel tiempo. Ambas hierbas crecen juntas, es más, hasta se parecen, están entrelazadas por las raíces. Al final se sabrá, dice la parábola. A veces lo que parece una obra buena es en el fondo un acto de egoísmo o de exhibicionismo. Por el contrario un no dicho a tiempo puede parecer reticente cuando no es más que un acto de sinceridad.

Cizaña y trigo, hay biólogos que afirman que la primera le aporta nitrógeno al segundo a través de las raíces que permanecen entrelazadas y que por eso es tan difícil sacar una sin estropear la otra. A veces la evidencia de la maldad es lo que estimula un acto de bondad. Por ejemplo cuando una persona ha experimentado un gran dolor, éste se constituye en el acicate para la creación de un movimiento que trate de evitar o paliar dolores como ése.

Entre la maldad y la bondad a veces hay líneas divisorias muy delicadas y también hay puntos de vista que pueden calificar a una y a otra de distinta manera. A veces el desconocimiento de las variables que inciden en un asunto nos lleva a juzgar como bueno o malo algo que quizá no lo es de la forma como lo hemos calificado. El que cuenta lo hace a su favor intencionalmente o inconscientemente, el que cuenta quiere parecer bueno, porque hasta los malos de verdad aprecian la bondad, tanto, como para querer parecer buenos.

Que crezcan juntos la cizaña y el trigo, no hay que temer, es algo natural. En educación sucede  que tanto queremos pulir y arrancar las malas actitudes, juzgadas como tales por los que educamos seamos éstos padres o maestros, que terminamos aplastando lo bueno que a veces está tan íntimamente relacionado con lo malo. Peor aún a veces nos equivocamos y arrancamos algo virtuoso que por la cultura ha sido tachado de defectuoso. Por ejemplo jóvenes juzgados como indisciplinados que solo buscaban ser críticos y creativos. Así mismo niños sumisos que fueron alentados en esa condición solo porque favorecía la posición del adulto  de turno.

Maldad y bondad, son caras de la misma moneda? Maldad y bondad son puntos de vista interesados? Maldad y bondad están definidos por actitudes fruto de una cultura? Puede haber algo de maldad en un acto de bondad y viceversa? Pueden existir ambos atributos en una misma persona?  Solo una conciencia alerta puede discriminar entre lo que promueve lo vital en el otro o aquello que lo perjudica. Solo una conciencia fina puede autocensurarse cuando “sin querer queriendo”  está dañando a otra persona. Creernos como dioses para juzgar lo que es trigo y cizaña y arrancar  ésta de cuajo puede ser un acto de inconsciencia y de ignorancia, igual que dejarnos confundir puede ser un acto de estupidez o de ingenuidad.

Qué difícil es la vida! Sí, porque conviven juntos todos los contrarios, por tanto, a mi juicio, ni hay que alegrarse demasiado ni tampoco entristecerse hasta el extremo. Olvidarnos de los purismos,  ser realistas,  que quiere decir apreciar  todo lo bueno que nos circunda y también mirar lo perjudicial.  Creo que hay que observar mucho, concluir poco, reír bastante, hablar mesuradamente, escuchar ampliamente, vivir, mucho vivir, afilar eternamente la consciencia, tener esperanza siempre, siempre, y tratar de  optar por la bondad, humildemente, porque pudiéramos estar equivocados.       

               

lunes, 15 de diciembre de 2014

Cuentos cortitos


Cazador cazado

Cuando sintió el arma tan cerca de ella, largó un chisguete de vómito  que bañó la lustrosa pistola,  incluida la mano del delincuente. Le sorprendió el desvanecimiento súbito de su atacante, ya que segundos antes lucía con beligerancia el arma de fuego con la cual le había apuntado al vientre. Hizo conciencia entonces de la violación de que fue víctima y las  náuseas que en adelante le causaban los hombres portadores de armas de fuego. Nunca imaginó que un asqueroso vómito sería la más contundente bala para  paralizar a un quisquilloso macho.

El Misterio de la Sinfonía

Se embriagó una y otra vez degustando esa grandiosa sinfonía: la entrada de los chelos, el canturreo del fagot, el estruendo de los trombones y la melodía del  tercer movimiento que le llenaba de nostalgia y hacía mimos a su corazón. Disfrutó anticipando el canto de hermandad y alegría. Durante nueve días, una y otra vez la escuchó sin parar en los trayectos de su vehículo.  Mientras, las restantes ocho sinfonías reposaban silenciosas en la cajita. Al fin se dispuso a sacar del aparato la novena para escuchar la quinta. En efecto tomó la novena y la colocó junto a sus compañeras. Asió cuidadosamente la quinta y la introdujo en la disquetera, pero fue rechazada como si fuera un cd pirateado. Repitió la acción nueve veces sin éxito. Se aseguró de haber  colocado el disco adecuadamente. Chequeó si había oprimido correctamente el botón. Todo estaba en orden, mas, ¿por qué no podía poner a sonar la quinta según su decisión? Se hastió y con impotencia encendió la radio FM. Nunca pudo explicarse lo que sucedió, ya que al día siguiente todo funcionó normalmente. Especuló sin embargo: ¿se resistía el cd player a un cambio brusco de sinfonía? O, ¿estuvo  resentida la quinta al  escuchar durante nueve días consecutivos y en todos los caminos que hizo el vehículo, la inmortal e imperecedera novena sinfonía de Beethoven?

Chivo expiatorio

Por las mustias florecillas  blancas que reposaban  en el capote del carro de su esposo, se dio  cuenta que había visitado de nuevo a esa mujer canosa. A seguidas subió al vehículo y lo condujo hasta una estación de combustible. Compró gasoil y se dirigió a la casa de esa mujer. Desde lejos divisó el roble  repleto de volátiles flores. Detuvo su carro junto a la calzada y enchumbó con gas el tronco y las raíces del inocente 
árbol.
Falso te amo

No declarar amor con palabras fue  la única regla del juego amoroso que llevaban años en ejecución. Temían quedar presos en  la consciencia del amor. Por eso cuando ella no lo amaba más y decidió alejarlo para siempre, le dijo al oído quedamente “te amo”. Eso fue suficiente para espantarlo para siempre, como la cruz al diablo.

martes, 9 de diciembre de 2014

Para iluminar el debate acerca del aborto

La discusión del tema del aborto se ha vuelto acusatoria y extremista. Por  un lado los que defienden los derechos del feto, y por el otro, aquellos que levantan sus voces a favor de los derechos de la madre. ¿Es que no se puede estar a favor de ambos?  ¿Es posible ser creyente y también abierto, racional, comprensivo y tolerante? ¿Cuáles verdaderamente son nuestras posiciones íntimas y cuáles están impuestas por las creencias que suscriben las instituciones a las que pertenecemos? ¿No es doloroso  el aborto  y su situación en cualquier caso?

Juan Masiá, sacerdote jesuita y profesor de bioética en Japón habla de la asignatura pendiente, a saber: “proponer sin imponer, despenalizar sin fomentar, cuestionar sin condenar, concienciar sin excomulgar”.  Sus planteamientos pudieran arrojar luz para ordenar y hacer más racional este malentendido debate que ha devenido en posiciones tan radicales que exceden lo sensato. “Ningún gobierno tiene derecho a arrogarse el monopolio de la democracia. Ninguna iglesia o confesión religiosa tiene derecho a detentar el monopolio de la moral”, dice  Masiá. Su alternativa es  mediadora  y  propone,  para fines de discusión, articularla alrededor de las siguientes  reglas  que reproduzco de forma resumida:

1)  Evitar el dilema entre pro-life y pro-choice. Posturas opuestas pueden coincidir en que el aborto no es deseable, ni aconsejable; hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas.

2) No mezclar delito, mal y pecado. Rechazar desde la conciencia el mal moral del aborto es compatible con admitir, en determinadas circunstancias, que las leyes no lo penalicen como delito.

3) No ideologizar el debate. Evitar agresividad contra cualquiera de las partes, no hacer bandera de esta polémica por razones políticas o religiosas y no arrojarse mutuamente a la cabeza etiquetas descalificadoras ni excomuniones anacrónicas.

4) Dejar margen para excepciones. No formular las situaciones límite como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluida la madre) proteger ambas vidas.
5) Acompañar personas antes de juzgar casos. Ni las religiones deberían monopolizar la moral y sancionarla con condenas, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo.

6) Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituida como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él.

7) Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y abordar el problema social del aborto, para reprimir sus causas y ayudar a su disminución.

8) Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumáticos. Es importante prestar asistencia psicológica y social a quienes su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación.

9) Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10) Tomar en serio la contracepción, aun reconociendo sus limitaciones. Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga sólo en la mujer.


Ojalá que tanto los políticos, diputados, senadores, eclesiásticos como la ciudadanía en general puedan dialogar y debatir este tópico con cordura y altura. Ojalá que la relevancia y seriedad del  tema del aborto contribuya a  iluminar, comprender, acometer y buscar soluciones a las condiciones que rodean, anteceden y suceden a esta engorrosa situación humana.

domingo, 30 de noviembre de 2014

La justa medida




Es difícil de lograr  la justa medida, lo perfecto, las dosis exactas para cada remedio. Siempre estamos deseosos del equilibrio pero cuánto enseña y divierte el afán fallido del mismo. Lo que se ajusta por un lado parece  desajustarse por el otro. Es como cuando comes una tabla de dulce de leche, cortas un pedazo y luego sigues comiendo  sin fin con la excusa de emparejar la línea del corte. El orden, el equilibrio, lo recto, incesante búsqueda.

Dice el refrán que tanto arregló el diablo a su hija que le sacó los ojos. El afán continuo para que las cosas queden bien, no siempre trae  ese resultado. La ansiedad es mala consejera, porque impulsa un movimiento irracional y descontextualizado de lo que toca, de lo que manda el momento, de ése estar a la altura de las circunstancias. 
    

Si eres muy amoroso con tus hijos, qué maravilla, pero si a la vez no haces exigencias y pones límites a sus reclamos  puede que ser que se constituyan en cuervitos que te saquen los ojos. Buscando una cosa se desequilibra otra. Tratando de que algo no quede muy dulce resulta que le sale un agrito, pero qué rico y natural puede ser ese toque agridulce. Siendo muy disciplinado se hace un poco rígida la convivencia, intentando ser muy higiénico se evita que el cuerpo genere sus defensas, pero que insoportable es la suciedad.

Queremos  lograr un equilibrio, pero éste es una utopía y en su búsqueda continua  y con todos los filtros de la personalidad  se van produciendo resultados muy variopintos. Buscando un efecto se logra otro. Conozco gente muy organizada que vienen de hogares desorganizados y por el contrario, gente caótica cuyas familias eran muy estructuradas en todas sus formas. No hay forma de acertar porque a veces los excesos de algo producen defectos y éstos pueden reproducirse también en el mismo sentido. De manera que no te sale ser sabichoso y educar de la forma contraria a lo que quieres lograr para lograr lo que quieres.

A veces sucede que intentando ser opaco en tus acciones para que nadie te sepa, acabas siendo el más transparente. Puede que digas ser una cosa contraria a la forma como te comportas solo porque huyes de la otra. Es una forma inconsciente de equilibrio, jugarretas del alma. Afirmando ser libre  puede que te ates a la más necia de las esclavitudes.  
  

Total que en cuestiones humanas la balanza sin movimiento  no existe, cualquier cosa la mueve para uno u otro lado. La misma vida y sus actores se encargan de cargar más un lado o el otro, y otra vez el derecho, y de nuevo el izquierdo, y así y así, los humanos, la humanidad camina y avanza. Buscando lo auténtico, el equilibrio, la verdad, la honestidad y la justicia, sin poder establecerlos del todo, sin poder asirlos de una vez por todas. Solo nos queda vivir con alegre humor, con buena voluntad y con al menos, un poco de conciencia.     

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El aburrimiento constructivo

La ociosidad se ha satanizado, unos dicen que genera vicios y  otros se  avergüenzan porque  pudiera parecer que están "en malas”. El aburrimiento en su acepción original pudiera venir como consecuencia de la ociosidad, cuando ésta no se sabe disfrutar. De hecho  no todo el tiempo estamos ocupados ni envueltos en alguna actividad excitante o productiva. Hay ocasiones en que el espíritu descansa  en un entretiempo para coger impulso y  para llenarnos de energía del solo aire.  

Los maestros orientales recomiendan la meditación para aquietar el alma. Sugieren dejar pasar los pensamientos y sentimientos, sin darles cabida, pero tampoco rechazarlos, sencillamente verlos y despedirlos con tranquilidad. 

Vivimos una época  de exceso de estímulos y actividades, sin embargo muchos  niños y jóvenes se quejan de que están aburridos. Y lo peor es que culpan a los mayores  por ello y éstos se sienten mal porque implícitamente los están acusando de falta de creatividad o de carencia de dinero para proporcionarles diversión.

Ciertamente en esta época deberíamos aburrirnos menos que antes, pero el aburrimiento no depende de factores externos sino del tedio y sin sentido de la vida propia. Existe la creencia  de que cualquier huequito libre es preciso llenarlo de emoción. Bertrand Russell, premio Nóbel en el 1953 ya  planteó en ese tiempo el miedo al aburrimiento, según él  para exorcizar este miedo la gente se llena de mecanismos excitantes. Dice  que  "el exceso de excitación no solo perjudica la salud sino que embota el paladar para todo tipo de placeres, sustituyendo las satisfacciones orgánicas profundas por meras titilaciones, la sabiduría por la maña y la belleza por las sorpresas picantes". Pero también afirma que demasiado poca excitación puede provocar ansias morbosas.
  
La sensación de aburrimiento podría ser constructiva si nos permitimos incubar ideas y madurarlas, reflexionar sobre asuntos aparentemente intrascendentes, inventar. Tantos niños del  pasado realizaban inventos y diversiones a su medida y estilo, a causa del ocio. El aburrimiento constructivo podría dar lugar a ricas conversaciones, a la preparación de deliciosos platos, al disfrute de maravillosos mundos imaginarios, a la degustación de jugosas lecturas y muchos otros proyectos.El miedo a aburrirnos nos lleva a buscar continuamente el consumo de actividades que terminan desgastando nuestros sentidos. Russell hace un llamado a la vida de la tierra, a su ritmo, a sus estaciones.


No hay que preocuparse de estar aburrido siempre y cuando este sea un estado transitorio. Sin embargo el constante aburrimiento es síntoma de una vida vacía. La  constante excitación puede dejarnos exánimes. La felicidad se parece más a la alegría  que conjuga los sentidos en las experiencias que la vida nos va brindando. Esta alegría casi siempre es serena, tiene relación con  vivencias sencillas  e íntimas y deja una larga estela que perdura. La excitación puede ser explosivamente pasajera.  El aburrimiento constructivo puede ser serenamente  alegre, es el profundo disfrute del solo ser.  

viernes, 24 de octubre de 2014

La felicidad y las felicidades

No es lo mismo la felicidad que las felicidades. Nadie te puede insuflar  ni regalar la felicidad, sin embargo alguien te puede proporcionar  una felicidad. La felicidad es un sentimiento profundo, las felicidades están a flor de piel, son cambiantes como las nubes. Las felicidades pueden estallar o solo inspirar una sonrisa leve. 

Cuando un ser muy querido muere y de repente recibes la visita de un amigo que hace tiempo no ves, sientes una alegría en medio de la tristeza que está en el fondo. Otras veces es una felicidad  la que está en el fondo y de repente sientes una tristeza, por ejemplo cuando nos encontramos disfrutando de un paisaje y nos envuelve un aura de alegría, y entonces nos sobreviene una tristeza porque extrañamos a alguien que no está.

Felicidad, felicidades, ojalá poder proporcionar muchas felicidades a los que nos rodean pero la felicidad, lo que se dice la felicidad,  la construye cada quien. Es felicidad la sensación de lograr metas y vencer  obstáculos, tambièn es esa sensación de ser uno, íntegro aunque con humanas incoherencias. Es felicidad la capacidad de amar. Hay felicidad en ese sabernos vulnerables definitivamente y entonces no luchar para ser fuertes Se entiende entonces que la fortaleza está en sabernos humanos, sensibles y con capacidad de errar. 
  
Hay personas que boicotean su propia felicidad cuando se meten en situaciones que no pueden lidiar, en buena lid. Les sobreviene entonces un estado de pobreza interior y de ansiedad. Tienen que estar probando y probándose todo el  tiempo, en continua competencia, las energías se les pierden siendo otra cosa diferente de lo que son,  gustando objetos que no les gustan, exhibiendo habilidades que no tienen. Son infelices, así decimos, "ese es un infeliz", que brinca, salta, los músculos de la cara se extienden y se contraen con muñeco o muñeca  de cuerdas.

En cambio los felices lloran, se equivocan, a veces se quedan solos, hacen lo que les gusta y aquello que no les gusta lo convierten en oportunidad para amar y proporcionar momentos de felicidades. Los felices no pueden comprarlo todo, pero necesitan menos, pueden divertirse con situaciones u objetos sencillos.Los felices no paran de admirar y asombrarse de pequeñas cosas. Los felices tienen la libertad de elegir lo que quieren porque han cultivado las cualidades que les son propias. 
     
Ahora recuerdo un amigo que tuve en una universidad donde trabajé hace mucho tiempo, él me decía: profesora usted es casi feliz.  Creo (no estoy segura) que la felicidad es algo que se hace con un estilo de vida interesante, con una vida con sentido, con cierta sensación de que no  estamos a la deriva ni al garete, que tenemos un propósito, que estamos haciendo camino al andar.  Ahora bien ha habido momentos en la vida en que uno siente “demasiada felicidad”(como la del libro de Alice Munro). A veces  es una sensación de plenitud, de gozo, de que todo el universo está en armonía contigo. La mayoría de las veces es tenue y discreta, pero es la misma. Las felicidades en cambio son pasajeras, y provocadas por personas o eventos exteriores.


En fin a veces hay muchas felicidades y otras veces hay menos felicidades, pero siempre, siempre, por lo menos en mi experiencia está la felicidad interna, que cambia eso sí, de tonos grises a pasteles o a tonos brillantes, porque así es la vida. Pero es la misma felicidad, que se viste de jeans o de largo, o se pone piyama, pero que siempre se queda a cenar en casa.   

domingo, 5 de octubre de 2014

¿Nos necesita Dios?

La Declaración Universal de los Derechos Humanos tiene como uno de sus derechos fundamentales la libertad de creencias, culto o religión. Las creencias y prácticas religiosas las heredamos de la familia y la cultura en general. Son formas de relacionarnos con un ser superior que se hacen comunes a un grupo de personas. La manera de representar a Dios en las religiones monoteístas varía según la cultura.

A lo largo de los siglos los seres humanos han buscado explicación a los fenómenos naturales que les acontecen y les han atribuido a los dioses o a Dios la responsabilidad por su ocurrencia. A medida que la ciencia ha dado respuestas a muchos de estos fenómenos algunos han creído que se puede vivir sin dioses o sin Dios ya que la ciencia pudiera seguirlo explicando todo. Mientras tanto el ser humano continúa con sed de trascendencia y hurgando en los misterios que no puede comprender. Así en este ejercicio incesante lanza un grito de auxilio a ese Dios que es siempre presente y ausente a la vez.

La religión cristiana que se expandió por toda la región mediterránea gracias al emperador  Constantino, no tuvo en sus inicios vocación de religión. En el comienzo hubo grupos de personas que se reunían a vivir y compartir los valores sustanciales heredados de Jesús y sus discípulos. Ellos encontraron una mejor manera de vivir y organizarse experimentando esos principios, por sobre todos el amor al prójimo. Los cristianos fueron contraculturales en un inicio y luego pasaron a ser asimilados y promovidos por la cultura imperante. Cultura y contracultura son a mi juicio los dos acicates de las religiones en general y también de las manifestaciones ateas.

La pertenencia a un grupo religioso es algo que no se puede discutir ni fundamentar. Las religiones nacen del corazón de las culturas para justificarlas a veces y renovarlas otras veces. Están hechas de creencias y principios que son aceptados sin cuestionamientos. Cada persona busca en los diferentes grupos religiosos una expresión de su ser espiritual y respuestas a sus inquietudes más fundamentales, respuestas comprensibles, que traigan un poco de paz a sus días.

Sabiamente se ha dicho que en la buena mesa no se habla ni de religión ni de política. Sin embargo son temas recurrentes que vestidos de racionalidad intentan colarse en todas las tertulias. Al argumentar sobre las creencias o descreencias se hace casi intentando vender la opción o convencer al otro de la veracidad de la elección. En política eso se entiende ya que se trata de sumar adeptos para ganar un puesto, pero en religión,  ¿se trata de solidificar una posición a base de unir a más personas? ¿se trata de sentar bases para comportamientos uniformes que ofrezcan cierta seguridad o predictibilidad de las acciones humanas?

La pertenencia a una religión debería ser motivo de satisfacción en la medida que nos proporciona un medio de ser mejores personas, de sentirnos unidos a otros en un mismo espíritu, incluso a  nuestros antepasados.  Es a nosotros, a cada uno, a quien nos conviene, si es nuestro gusto, unirnos a una religión, no a Dios. No hay que meter a Dios en nuestras pasiones o inseguridades. No es por Dios que queremos ganar adeptos, es por nosotros mismos. Dios no nos necesita a nosotros, no le estamos haciendo un favor a 
Dios, como a veces creemos.

No obstante, en este mundo en construcción y en evolución de la conciencia, Dios padre-madre de todos y cada uno, requiere de nuestra creatividad, buena voluntad, acciones y trabajo para completar su obra en este mundo donde cada una de sus criaturas viva digna y felizmente. Pero para esto no hay que tener religión, ha habido excelentes constructores sin religión y por el contrario grandes destructores muy religiosos.  Es más, a veces la religión (cualquiera que sea) ha sido fuente de abusos, conflictos sin resolución, de estancamiento de valores culturales que por medio de la religión se quedan inamovibles.

Las argumentaciones de lados religiosos así como de parcelas ateas son un sinsentido en la medida que buscan convencer y sumar seguidores. Tan irracional es una cosa como la otra. Buscar vías para manifestar nuestras ansias de plenitud, de eternidad, de trascendencia, para rendirnos al misterio de la vida es lícito y  saludable, eso es algo personal y si encontramos a otros con quien compartirlo mejor aún. Pero no olvidemos, toda religión debe estar al servicio de la causa humana, ese podría ser un buen criterio de funcionalidad y veracidad intrínseca de la misma.            


miércoles, 1 de octubre de 2014

Inverosimilitudes

No me van a creer nada:

Como que una vez bailé un vals con un príncipe frente al mar Caribe, o  que se me apareció en una carretera una santa embalsamada que lleva mi nombre, o que viajo todos los días a toda velocidad  montada en el planeta tierra. 

Pero para que vean que no son inventos mis invenciones les traje las fotos de algunas de ellas para que comprueben por ustedes mismos. 



Este mosquito chupó más sangre de la cuenta, sus compañeros le apodaron el vampiro y por eso les dio la espalda. 
 Esta oruga coquetea con la flor y se pone patas arriba para llamar su atención.




Este es el unicornio azul que ayer se me perdió

 Este amigo está a punto de lanzarse por ese precipicio. 


Una doña muy emperifollada y estirada con un lazo grande en la cabeza y con los senos de cilicona.
 Esta planta de Berza no estuvo conforme con su destino y quiso ser arbolito de navidad.
Una mosca con la boca sucia de la flor.


Una araña presa y torturada y atada de manos y pies.


Praticando yoga específicamente la postura de la serpiente.





Una pared de rappelling para gnomos.  
Uno de los cruzados del rey Arturo.
Un gold fish 

"Por Cristo con El y en El"...."Este es mi cuerpo....Este es mi cáliz" .

lunes, 22 de septiembre de 2014

Entre amaneceres y atardeceres




Entre amaneceres y atardeceres transcurre la vida, como si yo fuera una mujer del neolítico. De madrugada levanto mis ojos hacia el este y en la tarde al oeste para la despedida. En absoluta soledad y silencio contemplo como si fuera el primer ser humano que lo hizo y se hizo preguntas sin obtener respuestas ciertas. 





El alba, la aurora, justo antes de que aparezca el sol en el horizonte es un espectáculo íntimo, gratuito en todo el sentido de la palabra, puntual, ni antes ni después. La alegría que se siente es indescriptible. Sonrío sola, para mí, para nadie, para el universo. 

Nunca me gustaron las despedidas, de pequeña me imaginaba que eran para siempre. Cuando alguien se iba de viajes me escondía para no decir adiós, en mi imaginario el que se iba no volvía. Sin embargo con gozo despido al sol, también en la intimidad y con otra sonrisa, tengo la seguridad de que vuelve al día siguiente.


Entre amaneceres y atardeceres trabajo, mis brazos se extienden para realizar tareas, aquellas que me tocan, el "chin" que me toca hacer en el mundo y por la humanidad. El día, oh el día, salpimentado de sorpresas, de pequeños planes por hacer y de otros realizados. Por la noche la luna en sus fases y estados de ánimo, las estrellas y su fidelidad, luego el descanso, las emociones reposan, los pensamientos se aquietan, y así día tras día, así transcurre la vida.

Con los amaneceres y los atardeceres he aprendido a estar ahí, a la espera, unos minutos antes para gozar del milagro de la transformación de los grises a los colores rojos  y naranjas. De los amaneceres y atardeceres he sentido con certeza que todo pasa fugazmente y que el instante es la eternidad.