viernes, 24 de octubre de 2014

La felicidad y las felicidades

No es lo mismo la felicidad que las felicidades. Nadie te puede insuflar  ni regalar la felicidad, sin embargo alguien te puede proporcionar  una felicidad. La felicidad es un sentimiento profundo, las felicidades están a flor de piel, son cambiantes como las nubes. Las felicidades pueden estallar o solo inspirar una sonrisa leve. 

Cuando un ser muy querido muere y de repente recibes la visita de un amigo que hace tiempo no ves, sientes una alegría en medio de la tristeza que está en el fondo. Otras veces es una felicidad  la que está en el fondo y de repente sientes una tristeza, por ejemplo cuando nos encontramos disfrutando de un paisaje y nos envuelve un aura de alegría, y entonces nos sobreviene una tristeza porque extrañamos a alguien que no está.

Felicidad, felicidades, ojalá poder proporcionar muchas felicidades a los que nos rodean pero la felicidad, lo que se dice la felicidad,  la construye cada quien. Es felicidad la sensación de lograr metas y vencer  obstáculos, tambièn es esa sensación de ser uno, íntegro aunque con humanas incoherencias. Es felicidad la capacidad de amar. Hay felicidad en ese sabernos vulnerables definitivamente y entonces no luchar para ser fuertes Se entiende entonces que la fortaleza está en sabernos humanos, sensibles y con capacidad de errar. 
  
Hay personas que boicotean su propia felicidad cuando se meten en situaciones que no pueden lidiar, en buena lid. Les sobreviene entonces un estado de pobreza interior y de ansiedad. Tienen que estar probando y probándose todo el  tiempo, en continua competencia, las energías se les pierden siendo otra cosa diferente de lo que son,  gustando objetos que no les gustan, exhibiendo habilidades que no tienen. Son infelices, así decimos, "ese es un infeliz", que brinca, salta, los músculos de la cara se extienden y se contraen con muñeco o muñeca  de cuerdas.

En cambio los felices lloran, se equivocan, a veces se quedan solos, hacen lo que les gusta y aquello que no les gusta lo convierten en oportunidad para amar y proporcionar momentos de felicidades. Los felices no pueden comprarlo todo, pero necesitan menos, pueden divertirse con situaciones u objetos sencillos.Los felices no paran de admirar y asombrarse de pequeñas cosas. Los felices tienen la libertad de elegir lo que quieren porque han cultivado las cualidades que les son propias. 
     
Ahora recuerdo un amigo que tuve en una universidad donde trabajé hace mucho tiempo, él me decía: profesora usted es casi feliz.  Creo (no estoy segura) que la felicidad es algo que se hace con un estilo de vida interesante, con una vida con sentido, con cierta sensación de que no  estamos a la deriva ni al garete, que tenemos un propósito, que estamos haciendo camino al andar.  Ahora bien ha habido momentos en la vida en que uno siente “demasiada felicidad”(como la del libro de Alice Munro). A veces  es una sensación de plenitud, de gozo, de que todo el universo está en armonía contigo. La mayoría de las veces es tenue y discreta, pero es la misma. Las felicidades en cambio son pasajeras, y provocadas por personas o eventos exteriores.


En fin a veces hay muchas felicidades y otras veces hay menos felicidades, pero siempre, siempre, por lo menos en mi experiencia está la felicidad interna, que cambia eso sí, de tonos grises a pasteles o a tonos brillantes, porque así es la vida. Pero es la misma felicidad, que se viste de jeans o de largo, o se pone piyama, pero que siempre se queda a cenar en casa.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario