domingo, 30 de marzo de 2014

No he escrito este domingo

Cada domingo escribo para decir lo que pienso, lo que siento, lo que voy viviendo. Este domingo he estado dando vueltas a varios temas, mas, no hallo por donde cogerlos. Falta  impulso a mis palabras, entre un malestar estomacal y otro mental, han quedado atoradas en la consciencia.

Cada domingo escribo, para compartir mis cielos y mis infiernos, para decir lo que he encontrado al rebuscar en los fondos de mis gavetas, para desempolvar mis contradicciones.

Cada domingo escribo para ver si encuentro cómplices de esta aventura de tomar una linterna y bajar al sótano, con la esperanza de no quedar espantada por ningún monstruo, pero gozosa cuando  aparece alguno.

Cada domingo escribo para dejar mis días registrados, no por lo que hice o dejé de hacer sino por aquello que construí en mi interior, por las aproximaciones que fui haciendo a verdades que busco incesante y que sé que nunca asiré del todo.

Cada domingo en su soledad, abrazo la mía, para tenerme conmigo y no dejarme ir en el tiempo y sus premuras, sus afanes inmisericordes, y es así como escribo para no perderme, para que mis palabras se entrelacen y  me saquen del laberinto.

Pero este domingo no he escrito nada, no quiero buscar nada  o mejor dicho no tengo luz para encontrarlo. Tengo muchos regueros en mi aposento interior y no tengo energía para ordenarlo, me siento cansada. Otros domingos vendrán.

     

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