Si no fuera porque en las calles ya no juegan niños y en el conuco
de Rafael ya no hay plátanos sino edificios, juraría segura que no han
pasado 25 años. Qué rápido va todo afuera y qué lento transcurre todo dentro.
No es por nada
pero la última vez que paseé por la avenida que bordea el mar me sentía como
una adolescente llena de preguntas y plena de satisfacciones.
Te advierto que no se puede hablar tanto, se queda uno enredado en
una cadeneta de palabras que total no sirven para aclarar sino para colgarse.
Para que sepas, cada día somos más, los que añoramos una vida auténtica,
sana y tranquila y cada día somos más los que sucumbimos al stress, la
competencia y la complicación.
Tengo el gusto de invitarte a tener un pequeño sueño cada día, así sea éste parte
del gran sueño o simplemente un divertimento de ésos sencillos que hacen de
cada día uno especial.
Señores y señoras, déjenme decirles que de vez en cuando uno ratifica que la vida
es bella (no necesariamente bonita) , aunque no siempre estemos en condiciones
de darnos cuenta.
No quisiera desilusionarlos, pero votar o no votar no cambia nada.
Siento mucho informarles que me dijeron que soy sinvergüenza, solo porque
cambio de opinión cuando se trata de nuevas oportunidades y esperanzas.
No es por dármela pero me precio de tener muy buenos amigos y amigas.
Modestia aparte creo que mis amigas y amigos me aprecian y me quieren.
De una vez por todas quiero dejar de decir de una vez por todas, al fin y
al cabo cada día viene con su afán, sus medidas y señales.
Sinceramente,
comienzo a darme cuenta de lo mucho que he vivido y de lo que me falta.
Nunca es tarde para ensayar nuevos modos de hacer las cosas y nuevos
roles para extendernos por la vida.
Le pido a Dios no tenerle miedo a los errores, siempre y cuando
tenga la capacidad para reconocerlos, así no dejaré pasar tantas
oportunidades.
Vale la pena aventurarse, tener sueños, hacer planes, tener
esperanzas (aunque no expectativas), inventar, amar, orar, trabajar…
Te acompaño en tu sentimiento aunque no lo comparto, si has dejado morir el
romanticismo, si no quieres aprender nada nuevo, si crees que lo sabes
todo, si no sabes pedir perdón.
Ay! qué va, mijita yo si no voy a caer en la trampa de recogerme,
levantarme, desfigurarme, perder la elasticidad de mi sonrisa… bueno eso digo
yo ahora…
Lo digo sin temor a equivocarme, todos los días sufrimos pequeñas muertes, pero en
ellas está el germen de lo que ya está naciendo.
Excúsenme,
pero los que quieran alborotar, disociar o ponerse de odiosos que se vayan con
su música a otra parte.
De ahora en adelante habrá más ahoras y menos adelantes.
Yo no sé si tú me entiendes pero hasta para gozar hay que coger lucha.
Yo le doy gracias a Dios por permitirme vivir, compartir, reír, llorar,
disfrutar, compadecerme y sobre todo amar, después de todo esto es lo que
uno deja y también lo único que uno se lleva.
Es más, voy
a dejar esto hasta aquí para que usted complete los suyos.
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