sábado, 31 de agosto de 2013

La diversidad propia



La cultura griega se percató de los muchos  seres que nos habitan a lo largo de nuestra vida.  Su politeísmo fue  una reflexión sobre el ser humano y sus diversas dimensiones.  En su  religión antropomorfista,  diosas y dioses interactuaban desde la única dimensión que les era posible. Así Demeter por ejemplo, se comportó casi todo del tiempo como madre protectora y Apolo fue casi siempre el bello amante enamorado.
Los seres humanos, sin embargo independientemente de su individualidad, pueden expresarse de muchas formas y seguir siendo sí mismos. Pueden equivocarse, contradecirse, adoptar diversas perspectivas, actuar  de forma diferente y conservar su propia identidad. Tal como decía Walt Whitman: “¿Que yo me contradigo? Pues sí, me contradigo. Y qué?   Yo soy inmenso y contengo multitudes”.
Por temor a parecer  incoherentes,  hombres y  mujeres han encerrado facetas de su ser y consecuentemente han  puesto  límites injustos a los sueños y  a su desarrollo como seres humanos. La rigidez de los roles que ocupan  los han quebrado y enfermado. Han quedado atrapados en una posición que estaba supuesta a ser pasajera, o que es cultural, circunstancial, no esencial.
Por un miedo ancestral y un falso orgullo como disfraz, todavía muchos nos resistimos a cuestionar los limitados roles en que estamos encarcelados. Somos una/o y varios a la vez, pero todo el tiempo no podemos ser tantos a la vez. Por suerte pasamos por diversas estaciones, y cada una va requiriendo  facetas diferentes de nuestro ser. A veces pienso que  quizá también por eso buscamos la compañía cómplice que sintonice con ese otro que momentáneamente descansa dormido.
Conozco  mujeres que cual  Afrodita se ocupan de su atractivo físico, a la vez que ejercen con devoción su maternidad y se ejercitan en asuntos públicos cual Atenea.  Como si eso fuera poco defienden su relación de pareja como lo hizo Era,  luchan por  reivindicaciones sociales como Artemisa y  procuran la calidez de su hogar como la diosa Hestia. Y además, qué bueno de vez en cuando, soltarse el cabello como Perséfone, y caminar libremente con espontaneidad, donde te lleve el aire.
De esta misma manera a las mujeres  se nos hacen más atractivos los hombres diversos, aquellos que expresan libremente sus afectos, que no temen a que les digan que los tienen dominados. Nos gustan los hombres que son cuidadosos, cariñosos y tiernos con sus hijos e hijas;  que van a gusto a las reuniones de la escuela; que no tienen miedo a parecer débiles, porque son fuertes interiormente. Disfrutamos con compañeros que se comunican con elocuencia; que se entregan a  su trabajo pero que además  comparten la cocina y el fregadero como espacios de hombres y mujeres  amos y amas de casa. Admiramos los hombres  que de vez en cuando se sienten tristes y dejan salir sus lágrimas. Queremos hombres  que entre abrazo y abrazo nos expresen la alegría de estar vivos y de haber coincidido en este breve espacio-tiempo.
En conclusión cada uno es cada quien, y lo que nos hace únicos es la combinación en proporciones distintas  de todos los dioses y diosas que nos habitan. En cada momento de nuestra vida o en cada precisa circunstancia unos cobrarán más vida que otros. Pero para que esto suceda  hay que liberar  esos magníficos personajes que viven dentro de nosotros y que han estado secuestrados por la cultura. Ellos, todos, en una relación respetuosa y dinámica  redimensionan nuestra vida y le dan variedad,  originalidad y plenitud.


sábado, 24 de agosto de 2013

Completando frases comunes, y las tuyas cuáles son??


Si no fuera porque en las calles ya no juegan niños y  en el conuco de Rafael ya no hay plátanos sino edificios, juraría segura que no han pasado 25 años. Qué rápido va todo afuera y qué lento transcurre todo dentro.

No es por nada  pero la última vez que paseé por la avenida que bordea el mar me sentía como una adolescente llena de preguntas y plena de satisfacciones.

Te advierto que no se puede hablar tanto, se queda uno enredado en una cadeneta de palabras que total no sirven para aclarar sino para colgarse.

Para que sepas,  cada día somos más, los que añoramos una vida auténtica, sana y tranquila y cada día somos más los que sucumbimos al stress, la competencia y la complicación.

Tengo el gusto de invitarte a tener un pequeño sueño cada día, así sea éste parte del gran sueño o simplemente un divertimento de ésos sencillos que hacen de cada día uno especial.

Señores y señoras, déjenme  decirles que de vez en cuando  uno ratifica que la vida es bella (no necesariamente bonita) , aunque no siempre estemos en condiciones de darnos cuenta.

No quisiera desilusionarlos, pero votar o no votar no cambia nada. 

Siento mucho informarles que me dijeron que soy sinvergüenza, solo porque cambio de opinión cuando se trata de nuevas oportunidades y esperanzas.

No es por dármela pero me precio de tener muy buenos amigos y amigas.

Modestia aparte  creo que mis amigas y amigos me aprecian y me quieren.

De una vez por todas quiero dejar de decir de una vez por todas, al fin y al cabo cada día viene con su afán, sus medidas y señales.

Sinceramente, comienzo a darme cuenta de lo mucho que he vivido y de lo que me falta.

Nunca es tarde para ensayar nuevos modos de hacer las cosas y nuevos roles para extendernos por la vida.

Le pido a Dios no tenerle miedo a los errores, siempre y cuando tenga  la capacidad para reconocerlos, así no dejaré pasar  tantas  oportunidades.

Vale la pena aventurarse, tener sueños, hacer planes, tener esperanzas (aunque no expectativas), inventar, amar, orar, trabajar…

 Te acompaño en tu sentimiento  aunque no lo comparto, si has dejado morir el romanticismo, si no  quieres aprender nada nuevo, si crees que lo sabes todo, si no sabes pedir perdón.

Ay! qué va, mijita  yo si no voy a caer en la trampa de recogerme, levantarme, desfigurarme, perder la elasticidad de mi sonrisa… bueno eso digo yo ahora…

Lo digo sin temor a equivocarme, todos los días sufrimos pequeñas muertes, pero en ellas está el germen de lo que ya está naciendo.

Excúsenme, pero los que quieran alborotar, disociar o ponerse de odiosos que se vayan con su música a  otra parte.

De ahora en adelante habrá más ahoras y menos adelantes.

Yo no sé si tú me entiendes pero hasta para gozar hay que coger lucha.

Yo le doy gracias a Dios por permitirme vivir, compartir,  reír, llorar, disfrutar, compadecerme y sobre todo amar,  después de todo esto es lo que uno deja y también lo único que uno se lleva.

Es más, voy a dejar esto hasta aquí para que usted complete los suyos.




sábado, 17 de agosto de 2013

El amor es la riqueza que nos rodea

View la foto 1.JPG in slide showView la foto 2.JPG in slide show

El amor más puro  promueve y hace el bien sin interés. El amor se alegra con la alegría y se compadece en la pena.  El amor de verdad es pensamiento y acción positiva a favor de la otra persona. El sentimiento no es suficiente para aquilatar el amor.
Sin embargo sabemos que el amor humano es limitado. Continuamente tiene que ser revisado por la persona que ama, ya que el ego suele hacer sus engaños, trastadas y  estragos. En el amor de padres a hijos el amor puede tergiversarse complaciendo en demasía las apetencias de los hijos, a veces como proyección de las propias necesidades; o confundirse con un excesivo apego y protección.
En la relación de pareja el mal amor se expresa con celos y deseos de posesión, lo cual podría conducir al maltrato psicológico y hasta físico. En la relación de amistad se puede confundir con la necesidad. Algunas pistas de si hay  amor presente en una acción o gesto, ya sea para advertirnos o para animarnos son : la hinchazón del ego en una buena acción es una alarma,  el bien que le reporta al otro nuestra acción es una señal, el esperar algo a cambio es una alarma, el dejar en libertad y estar dispuestos a seguir nuestro camino es una señal. Examinar la acción bajo estos criterios es iluminador.
Los expertos en estos temas dicen que tanto la felicidad como el amor y la creación pasan por el sufrimiento, es decir exigen encarar nuestras realidades. Me atrevo a afirmar que todo ser humano desde que nace tiene sufrimientos, (por desgracia unos más que otros y algunos hasta el extremo). Muchas veces el amor se gesta en la vivencia de los pequeños y/o grandes sufrimientos propios que saneados buscan comprender, liberarse y transmutarse en amor a los demás. Ahora bien quien no quiere sentir la herida del sufrimiento se cierra a la experiencia de amar.
View la foto 4.JPG in slide show
Las personas que abusan de los niños, sea con maltrato físico o con actos de seducción sexual, han sido heridos profundamente, ya sea por la cultura, por sus padres u otros adultos, han sido maltratados con faltas al amor, sin embargo se han quedado cerrados en su dolor. Este dolor enquistado y no procesado se convierte en odio o en una necesidad compulsiva imposible de satisfacer. Este dolor petrificado inflige a su vez otras heridas. Sanar la herida supone reconocerla y sentirla. “Quien no se quiere dejar herir, no podrá amar. El verdadero amor incluye la disposición a dejarse herir” (Anselm Grun). La ostra  convierte la herida en  una hermosa perla.

View la foto 5.JPG in slide showEl sacerdote  Maximilian Kolbe en un profundo acto de amor,  en el año 1941, en un campo de concentración nazi, tomó voluntariamente el lugar del judío Franciszek Gajowriczek quien había expresado deseo de vivir por sus hijos y esposa. El prisionero amado  murió en el 1995 y atestiguó toda la vida ese acto de amor extremo, así como el de Jesús, quien amó a los pobres, enfermos, niños, mujeres de su tiempo y les hizo el bien de forma manifiesta para cada uno de ellos.
“El amor es lo que da a nuestros días un significado profundo y es de lo que estamos hechos en realidad. El amor es la riqueza que nos rodea y está a nuestra disposición” (Elisabeth Kubler-Ross).  El amor humano se abre paso a través del egoísmo, las heridas y las imperfecciones humanas pero es la libertad humana quien le cierra el paso o lo deja pasar.


jueves, 1 de agosto de 2013

De utopías, sueños y fantasías



Vivimos sin duda encarando  la realidad de cada día, pero también creando fantasías, sueños o utopías. Estas creaciones de la mente humana son saludables en la medida en que nos invitan  a ser más libres,  más completos y explorar posibilidades. No obstante, también pueden acarrear frustraciones y decepciones en la medida en que estas invenciones se intenten materializar sin tomar en cuenta los condicionantes que impone la realidad.

  

 


Según el diccionario de la Real Academia una fantasía  “es la imaginación en cuanto inventa y produce; ficción, cuento,  novela o pensamiento elevado o ingenioso”. Lo que a veces parece ser una fantasía puede ser una realidad. Por ejemplo es fantástico   cómo algunas personas multiplican el dinero. ¿Cómo lo hacen? Eso es una realidad que si te la cuentan parece una fantasía.

El sueño, por su parte, según el mismo diccionario, “es una cosa que carece de realidad o fundamento; en especial proyecto, deseo, esperanza, sin probabilidad de realizarse”. Según esta definición, el que sueña, concibe por un momento su sueño como realizable,  aunque luego por sí mismo lo descarte u otra persona lo haga volver a tierra. Por ejemplo, que la mayoría de la gente que incursiona en la política lo haga con la finalidad de servir al pueblo que los elige y mantiene, eso es un sueño.

La utopía, tomando como referencia el mencionado diccionario es un “plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”. Por ejemplo el metro  de Santo Domingo en su fase de proyecto fue una utopía, sin embargo ya es una realidad. Lo que seguirá siendo una utopía es su mantenimiento.

De los tres conceptos antes mencionados es la utopía la más estructurada. Para alcanzarla se hacen planes estratégicos y a veces se empeña hasta la vida. Los pesimistas no suelen generar utopías. Según la misma definición la utopía es cosa de gente optimista. A los primeros, la realidad les aplasta de tal forma que la realización de algo nuevo y bueno no es posible ni siquiera en el futuro.

Por mi parte, como muchos de ustedes,  tengo  fantasías, sueños y utopías. Mis familiares y mis amig@s  conocen muchas de ellas. No me sería posible vivir sin estos fenómenos mentales. Creo que lo conveniente es entregarse a estos ejercicios y disfrutarlos, luego examinar sus posibilidades de adecuación a la realidad y seguir viviendo con el ánimo y la esperanza que ellos generan.
 
Tengo como fantasía bailar un vals con un apuesto príncipe. Cuando al atardecer contemplo un grupo de garzas volando, me gustaría unirme a su plácido vuelo para reposar en la copa de un árbol. También tengo fantasías  siendo una oveja que pasta serena sobre un prado muy verde.

Sueño despierta viviendo en una hermosa casita de campo y siendo la maestra de la comunidad vecina. También sueño con dirigir una gran orquesta de músicos tocando la pieza musical Schehrezade de Rimsky-Korsakov, al tiempo que como esa mujer invento cuentos para prolongar mi vida. Un sueño que me asalta cada vez que viajo por la carretera Duarte, alrededor de Bonao, es abandonar mi carro e internarme por entre esas verdes montañas, copiosas de árboles y neblina.  Muchos soñamos con un estado de derecho, pero nos asalta luego la pesadilla de abusos e injusticias.

Utopías tengo muchas. Algunas dependen solo de mí, por ejemplo cuando tenga más de setenta años quiero cuidar el rosal del Jardín Botánico Nacional. Otras incluyen mis amig@s y me tengo que ocupar de vendérselas. Algunas utopías ya las he comprado a un grupo de ell@s, por ejemplo, fundar un hogar de personas amigas de tercerísima  edad, alternativas y divertidas, para poder acompañarnos y compartir locuras.


Otras utopías son compartidas por casi todo mi pueblo dominicano, a saber, vivir en un país donde todos tengamos oportunidades,  respetemos los derechos y cumplamos nuestros deberes, desarrollemos nuestros talentos y nos ayudemos a resolver los problemas. Un país desde donde casi nadie quisiera marcharse. Ojalá que ésta siga siendo la utopía de muchos y que cada día nos acerquemos más a ella, pero tenemos que empezar por formularla, creer todos juntos que es posible y con sinceridad  trabajar para hacerla realidad.