domingo, 19 de abril de 2015

La cara de Leonel

No, no nos luce a nuestra edad hacernos ilusiones a menos que estemos conscientes que son ilusiones y juguemos con ellas. La cara de Leonel Fernández me ha conmovido. Dicen que los políticos son excesivamente  calculadores, que no tienen sentimientos, que actúan por conveniencia y que traicionan hasta a sus amigos cuando se trata de conseguir sus objetivos. Pero ¿no es la frustración un sentimiento? esa cara de Leonel anticipa casi una pataleta, o una llantera. ¿Cómo se habrá sentido este hombre cuando conoció el veredicto de la mayoría de la gente de su partido, sus compañeros? ¿ Se habrá sentido traicionado? Ellos jugaron con su misma moneda, están buscando el triunfo del partido que la candidatura de Leonel no le daría por las situaciones recientes y también las pasadas.

Ahora bien, ¿es que Leonel no podía utilizar su inteligencia para anticipar este resultado? O es que le falta la inteligencia emocional tan importante para el monitoreo al interior de sí mismo y para el contacto con las emociones y necesidades de los demás. O es que como los niños estuvo esperando a la última hora por si acaso venía una hada madrina y con su varita mágica lo trastocaba todo?

El comité político actuó de forma pragmática, como siempre lo ha hecho ese partido desde el 1996. Quieren ganar de nuevo las elecciones y  han tomado el pulso de la gente, lo que no pudo hacer Leonel, por  un síndrome de desconexión de la realidad que ataca a algunos políticos y sus seguidores. Quizá es el momento para que ese partido se reivindique y no solo mire al pueblo para buscar votos, sino para decodificar sus anhelos de transparencia, honestidad, justicia, orden,  valores acordes con sus bases e ideales. Volver a su verdadera naturaleza, la de su fundador, es lo que les falta.

No tengo simpatía por este hombre que junto a otros ha tenido tanta responsabilidad en el fatal derrotero  que ha tomado nuestro país. Este hombre que tuvo todo el poder y la simpatía en sus manos y se convirtió en un extraño, abanderado de la mala administración del tiempo y los recursos del estado. Tiró por la borda la esperanza en la construcción de proyectos humanos con reglas de juego claras, de la utopía  que es el combustible para trabajar y hasta para sacrificarse cuando se necesita.

Confieso que he sentido compasión por este hombre infantil, sin sentido del tiempo, ni de las impresiones que causan sus decisiones en los demás. Esta noche cuando ponga la cara en la almohada lo mejor que le puede pasar es dejarse llorar y llorar, a ver si la sensibilidad vuelve de nuevo a su cuerpo de carne y hueso y de ahí penetra su corazón. No solo de ideas se puede vivir. Ahora le va a tocar vivir la consecuencia de sus acciones, ojalá después de hacer su duelo, sume su inteligencia y buenos modales a las iniciativas de sus camaradas para intentar reconstruir de nuevo las instituciones de este país, los sueños y las esperanzas que él mismo contribuyó  a destruir. Ojalá que lo haga aunque sea desde su destierro o desde su torre de castigo.   

   

1 comentario:

  1. Ego mata al razonamiento Rosalina. Pensar con el ego nos vuelve irracionales.

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