El
musgo se ha adueñado de las piedras.
Quien lo hubiera dicho, estaba allí como siempre, en espera del sol y del agua. La naturaleza siempre expresiva y agradecida pero también sensible.
Quien lo hubiera dicho, estaba allí como siempre, en espera del sol y del agua. La naturaleza siempre expresiva y agradecida pero también sensible.
A ver si quieres un vaso de agua, me dices antes que me deshidrate, hace calor y no estás tomando suficiente líquido.
Tu paso es lento y el mío rápido. En nuestras caminatas te espero impaciente
pero te espero y a veces hasta te ofrezco mi brazo. Por la mañana tempranito te
pregunto, ¿estás durmiendo? Ya te
desperté, pero estabas dormido. Entonces haces el café, mientras busco
los periódicos.
Las flores han organizado un desfile deslumbrante. Todas ellas espléndidamente
vestidas de diversos tonos, especialmente las amapolas de color naranja muy brillante. Los mangos por su parte están florecidos
a más no poder. Ojalá que las ventiscas de cuaresma no tumben sus flores o que
las lluvias de abril no malogren sus pequeños frutos. El amor brota por
donde quiere y por donde quiera, así es.
Me
gusta escuchar el sonido de la llave cuando penetra la cerradura, eso me
anuncia tu llegada, tu cara que se asoma cansina pero sonriente. Ya llegaste,
ahora falta acomodarte. Hoy sigo mis afanes en silencio. Hoy no quieres caminar, prefieres explorar tu mundo interior después de un día caliente. Yo caminaré y
hurgaré en mi selva interior al ritmo de una caminata.
De
momento veremos las coquetas hojas primaverales de algunos árboles, que como lentejuelas verdes brillan después que fueron pequeños brotes color vino, que a su vez vinieron de palos aparentemente secos.
La floración no tardará en aparecer. Ningún árbol pretende pasarse
el año entero engalanado de flores ni cargado de frutas, tampoco sacude continuamente
todas las hojas, más bien, con su sabia identidad y su vivencia del entorno va
recorriendo su ciclo vital. Nunca es el mismo árbol aunque pase por las mismas
estaciones.
Vamos
a ver la luna llena que hoy está más llena que nunca, tan llena que su luz se rebosa
en las nubes y sobre los techos de las casas. Mientras tomas una copa de vino y yo un vaso de agua me
cuentas cuando eras pequeño y se divisaban estrellas que hoy día ya no
conocemos.
El
árbol comunica, nos anuncia su tristeza cuando le falta el agua, si un viento
fuerte lo embate pierde alguna de sus ramas. Expresa su alegría por medio de
sus flores y satisfacción por medio de sus frutos. El sabe bien en su eterna
sabiduría que las semillas lo multiplicarán por doquier, y que hace falta
perder las hojas para prepararse para el invierno, descansar un poco del
exterior y fortalecer sus raíces hacia el interior. Ningún árbol espanta a los pájaros ni a las orugas, ellas de acuerdo a su especie vendrán y reposarán. Aparentemente estáticos los árboles trabajan y cumplen
con su misión. El amor brota por donde quiera.
Quizá
algún día nos reencontraremos en París y no cuando uno de los dos muera como
dice el lapsus linguae, volveremos a París como tantas veces, a
recorrer sus calles anchas y también las estrechas, caminando, con el día dividido
en dos, la mañana y luego la tarde noche.
Dónde
estaban antes las mariposas?, solo en tu imaginación. Has liberado muchas hasta
ahora. Las crías para verlas libres y para que engalanen tu jardín, pero solo cuando ellas quieren. Las
despides y ellas vuelven y dan vueltas a tu alrededor, ya no temen. El amor
brota por donde quiere.
El
amor brota libremente por donde quiera. El amor brota en tus brazos y en mis manos, en el corazón de carne y en tu mente ancha, en todos los órganos de nuestro cuerpo que emanan salud, alegría y
esperanza. El amor se crea y se recrea, se vive, se imagina, se siente, se
esparce como semilla y crece y se multiplica.
Mujeres
y hombres somos seres completos en interrelación con la naturaleza, con recursos
inimaginables por explorar. Qué agradable y reconfortante es compartir esta
solitaria y completa humanidad que somos cada ser. Somos con la naturaleza
entera un solo cuerpo. Su diversidad en nuestra diversidad, su ritmo es
nuestro ritmo, sus etapas son las nuestras. Abrazar la vida como un árbol, dejar que se posen
otros seres en nuestras ramas, brindar nuestros frutos, dejar caer las hojas
muertas y renacer con nuevos brotes una y otra vez. Porque el
amor brota sin cesar por donde quiera, imposible negarnos a la vida, imposible
negarnos al amor.
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