Uno de los beneficios más importantes que recibe la comunidad Añangu, que consta de unas 190 personas, es educación para los niños, niñas y jóvenes en un recinto escolar localizado en la misma selva, donde también miembros de otras comunidades Kichwa se integran. También hay un centro de salud con médico, enfermera y dentista. Todos los comunitarios trabajan con gusto en un proyecto que está sosteniendo y promoviendo sus familias. A la vez esta comunidad vela para que la selva sea preservada.
La experiencia fue maravillosa, es como ir por un túnel del tiempo a un pasado remoto, el paraíso terrenal, lleno de plantas, animales, agua, lianas, hongos, todos los seres vivos íntimamente relacionados en un ciclo de vida sin fin. Pero los animales instintivamente se cuidan de los humanos. No es fácil ver una serpiente, mucho menos un puma, en la selva hay muchas posibilidades de escapatoria. Pero sí se siente ese aire misterioso, porque los trillos son sombreados con rayitos de sol que se cuelan cuando en vez y en los sonidos cercanos y remotos se experimenta la vida.
Hay sonidos muy particulares provenientes de los mismos árboles o de animales lejanos, algunos marcando territorio. Dormir en la selva de noche es toda una aventura (lo hicimos una noche en casa de campaña a orillas del río Tiputini), los grillos y las ranas entonan un concierto extraño que poco a poco te arrulla cuando ya has comprendido sus acordes.
La humedad es extrema, entre tu cuerpo y el ambiente no sabes cuál está más mojado, pero sientes la piel completamente hidratada. Los árboles altos muy altos, ceibas gigantes, frutales que solo comen las aves y los monos, aunque yo probé algunos. Las plantas más bajas son habitáculos y alimentos de insectos muy variados, que copulan sin fin y comen sin pensar en mañana.Cuando navegas por caños de agua en la canoa de remos te sorprendes por sus hermosos y misteriosos reflejos. De noche te acompañan innumerables lucesitas, unas son ojos de caimán y otras pequeñísimas pero abundantes luciérnagas a todo lo largo del camino que te hacen creer que vas entrando a un lugar mítico.
Cuando navegábamos a la luz del día siempre nos acompañaba una enorme mariposa azul, no la misma, pero siempre igual, iba delante de la canoa de remos como abriendo camino. Casi imposible de fotografiar por su volar errático.
Pero no todo es bondad y belleza en esta zona del planeta. El gobierno ecuatoriano ha permitido que se extraiga petróleo en zonas aledañas y colindantes con el río Napo y el río Tiputini, con la consecuente actividad anticonservacionista que genera este negocio y los riesgos de derrames en el río que ya han causado desastres lamentables para la fauna acuática del río Napo. Por su parte el gobierno de Ecuador requiere de recursos económicos para costear sus proyectos en educación, salud e infraestructuras viales que dignifiquen a su población y impulsen el desarrollo del país. Situaciones en conflicto muy difíciles de conciliar. Desafíos que tienen todos los países en desarrollo para no seguir el cauce vicioso de los llamados desarrollados.
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