domingo, 28 de diciembre de 2014

Nuevos hallazgos sobre los Reyes Magos

Pruebas recientes de ADN realizadas a los cuerpos de los llamados Reyes Magos, quienes reposan desde hace varios siglos en la catedral de Colonia en Alemania, han revelado datos sorprendentes. Contrario a lo que se ha creído hasta el momento, no todos procedían desde el oriente. Solo uno de ellos provenía de esa región, concretamente de la India. Otro de los supuestos reyes pertenecía a la tribu de los masai que poblaban el sureste de  Africa. 

El hallazgo que ha conmovido profundamente a la gente de ciencia revela que una de las osamentas es de mujer y que de acuerdo a la documentación encontrada junto a ésta, proviene de las frías islas del norte de Europa. Pero lo más sorprendente es que en el mismo lugar se ha encontrado un cuarto nicho con restos  de un humano proveniente de Sur América, a decir por los signos de su escritura. Es un hombre de huesos anchos y de baja estatura. Su ADN corresponde en un 96% con los descendientes de los Incas en la tierra de lo que hoy es Perú.

De acuerdo a los pergaminos encontrados junto a cada una de las osamentas, la mujer celta partió del norte de la región que hoy se nombra como Irlanda. Aunque el pergamino no lo precisa se cree que dejó su tribu después de un ritual realizado en el otoño donde celebraban la cosecha y la noche de la liberación de los espíritus. Desembarcó en la tierra de los galos. Allí, en la parcela  donde siglos más tarde se construyó la catedral de Chartres, contactó la divinidad en compañía de un druída, de quien recibió orientación de continuar su camino hacia el sur. Tomó  un navío en el puerto de los venecianos que la condujo  a la tierra ocupada por los descendientes de Abraham.

Por su parte el masai, fuerte y  de muy alta estatura salió de su tierra del sur con varias ovejas y portando un instrumento largo de madera para arriarlas. Recibió noticias del acontecimiento de Belén una tarde que daba cacería a un león de la sabana africana que amenazaba su rebaño. Ya atardecía y la noche lo sorprendió en la llanura, de repente el león se detuvo y comenzó a rugir con su melena en alto mientras señalaba la Osa Mayor, tanto insistió el león que el masai levantó su cabeza y divisó el grupo de siete luminosas estrellas que se despeglaban en el norte de este a oeste. Sintió en su corazón el llamado a dejar su lanza y ponerse en marcha junto a sus ovejas. El león fue delante de él sin molestar las ovejas hasta sacarlo de los predios de las hienas.  Meses después, ya cerca de las pirámides, un egipcio de buen corazón le canjeó un camello por las ovejas. Fue así como prosiguió su camino.

El único mago de verdad fue el originario del territorio de los indis. Era un sabio estudioso de los astros. Desde hacía años estaba siguiendo el rastro de un cometa de cola larga ubicado entre  la constelación de Sagitario y la de Capricornio. Cada año el cometa liberaba múltiples luces que cruzaban el cielo en todas las direcciones, pero teniendo como radiante el centro de esos grupos de estrellas. Se puso en marcha hacia occidente porque una de esas noches la cola del planeta concentró toda la luminosidad posible y se inclinó a occidente encendiendo de forma intermitente sus luces con un ritmo inusual. Dejó su tierra y su casa y montado en un elefante cargó con sus pergaminos llenos de anotaciones y coordenadas.  
  
Mientras que en una montaña muy lejana de allende los mares, un sacerdote inca contemplaba noche tras noche el movimiento de las astros. Había estudiado detalladamente una agrupación de estrellas y nebulosas que atravesaba todo el cielo como si fueran una leche derramada en una alfombra negra. Había observado puntos oscuros y luminosos que se alternaban por épocas y que tenían relación con fenómenos en las corrientes del mar. Desde hacía semanas sentía una gran inquietud de dejar su montaña sagrada para emprender una búsqueda que le diera explicación a una imperceptible transformación (para ojos legos) en la galaxia que le hacía perder horas de sueño. Atravesó las altas cumbres y llegó hasta el mar, tal y como habían hecho sus antepasados sacerdotes que en noches de aguas tranquilas miraban las estrellas reflejadas. No observó nada inusual en el mar pero algo lo invitaba a tomar un embarcación y navegar por las aguas azules.

En la soledad de sus noches marinas, observaba la inmensa galaxia con puntos negros, dentro de uno de los cuales se dibujaban dos luceros grandes que nunca había visto en sus años de vida y estudio. Fue así como después de varios meses las corrientes lo llevaron de isla en isla hasta la hoy isla de Java. Luego fue a parar a las costas de la India, y de allí a Pakistán. Después de varios días, caminando por desiertos de arena y rocas de color ocre, avistó a lo lejos un animal grande con un ser humano  en el lomo. En el lenguaje misterioso de aquéllos  que han desarrollado su parte divina compartieron sus saberes sobre el fenómeno que estaba por ocurrir. Abordaron juntos el elefante  dialogando sobre las diversas maravillas del cosmos y esperando la nueva aparición del cometa como cada año.Pasaron meses y llegaron a orillas del río Jordán.  

Mientras, la mujer celta que por varias semanas había surcado el Mediterráneo en un barco mercante que había partido de Venecia, desembarcó en las costas de la tierra de Palestina. Por su parte así lo hizo el hombre masai que venía en su camello desde Egipto. Se encontraron ambos en la franja de Gaza. Allí sus ojos, mentes y corazones se atrajeron porque buscaban lo mismo. Se subieron al camello y siguieron hacia el norte  guiados por la estrella polar situada muy cerca de la Osa Mayor. La mujer que había sido guiada por su intuición, que no era más que la divinidad dentro de ella, se colocó en la parte delantera del camello. Muchas grutas y cuevas fueron encontrando en el camino, las hay a montones en esas tierras de medio oriente.

Así pasaron días de trayecto hasta que una noche decidieron observar detenidamente el cometa de cola larga y brillante que habían avistado las noches anteriores. Se desmontaron del camello para poder explorar el terreno con más dedicación. En ésas estaban cuando vieron acercarse  un elefante. La mujer celta se asustó, ya que nunca había visto algo semejante. El masai la calmó y se quedaron tras una roca observando los nuevos tunantes. Los vieron estudiando el cielo, así que sospecharon que al igual que ellos buscaban algo en los alrededores.

Los cuatro aventureros unieron sus esfuerzos, sus saberes y corazonadas e iniciaron su búsqueda en ese territorio seco y pedregoso. La noche era hermosa, la luna estaba apenas comenzando a crecer, había una estrella blanca gigante que se observaba hacia occidente, y el cometa estaba cada vez más cerca de ellos. Su cola derramaba sobre una especial gruta,  una miríada de meteoritos que se fugaban hacia arriba y abajo. La cueva estaba rodeada de ovejas y con ellas los pastores que cuidaban la entrada. Los cuatro se acercaron  respetuosamente, pidieron permiso para entrar, se presentaron con las manos vacías y los brazos abiertos al misterio. No tenían ninguna explicación, solo se miraron, arquearon sus cejas, e inclinaron sus cabezas. Fue éste el primer encuentro entre personas de latitudes, continentes y culturas diversas. Luego las cosas se complicaron, fueron apresados y silenciados por Herodes, pero sus pergaminos y anotaciones quedaron entre sus mantas. Se cuenta que los llevaron a Jerusalén y  luego a Roma, de allí se escaparon. Nunca se ha sabido cómo llegaron al territorio de los germanos. 


¡Inocente Mariposa!





                         

       

martes, 23 de diciembre de 2014

Entre la maldad y la bondad


Desde todos los tiempos hay motivos de esperanza y desesperanza. Imagino los años del nacimiento del niño Jesús por allá por los tiempos del imperio romano. Un César Augusto ambicioso y un Herodes megalómano y cruel. Pero también había unos sabios de oriente que atraídos por una estrella buscaban el conocimiento. Pasó que el malvado de Herodes quiso confundir a los sabios, quienes por suerte, según las escrituras, no regresaron por el mismo camino para evitar dar noticias a Herodes.

Ocurrió también entonces, que hubo posaderos que no quisieron dar alojamiento a la familia de Jesús que bajaba de Nazaret a Belén a empadronarse. Sin embargo, estuvo disponible un refugio de pastores, calentito, con una fogata y el aliento de una vaca y un burro. Lo bueno y lo malo conviven en un mismo tiempo y espacio, en una misma situación, en una misma persona.

Actualmente somos testigos en nuestra época de muertes accidentales que golpean y entristecen a familias enteras, asaltos a mano armada y otros subrepticiamente. Me llena de pesar que en una de las potencias más grandes del planeta todavía existan actitudes racistas igual que en esta media isla nuestra. Me avergüenzan e indignan los abusos cometidos por sacerdotes de la iglesia católica  a niños y niñas indefensos. Sin embargo qué satisfacción tan grande he sentido al igual que muchas personas, por el discurso de denuncia del  papa Francisco frente a la alta esfera de El Vaticano. Qué alegría escuchar que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están por reanudarse. Nuevas brisas  de democracia también soplan en nuestro país en medio de tanta corrupción e inequidad social.

Los dos lobos de la fábula, el bueno y el malo, cuál será más fuerte? El que se alimente mejor.   Trigo y cizaña, inseparables por naturaleza. Parábola profética predicada por Jesús en aquel tiempo. Ambas hierbas crecen juntas, es más, hasta se parecen, están entrelazadas por las raíces. Al final se sabrá, dice la parábola. A veces lo que parece una obra buena es en el fondo un acto de egoísmo o de exhibicionismo. Por el contrario un no dicho a tiempo puede parecer reticente cuando no es más que un acto de sinceridad.

Cizaña y trigo, hay biólogos que afirman que la primera le aporta nitrógeno al segundo a través de las raíces que permanecen entrelazadas y que por eso es tan difícil sacar una sin estropear la otra. A veces la evidencia de la maldad es lo que estimula un acto de bondad. Por ejemplo cuando una persona ha experimentado un gran dolor, éste se constituye en el acicate para la creación de un movimiento que trate de evitar o paliar dolores como ése.

Entre la maldad y la bondad a veces hay líneas divisorias muy delicadas y también hay puntos de vista que pueden calificar a una y a otra de distinta manera. A veces el desconocimiento de las variables que inciden en un asunto nos lleva a juzgar como bueno o malo algo que quizá no lo es de la forma como lo hemos calificado. El que cuenta lo hace a su favor intencionalmente o inconscientemente, el que cuenta quiere parecer bueno, porque hasta los malos de verdad aprecian la bondad, tanto, como para querer parecer buenos.

Que crezcan juntos la cizaña y el trigo, no hay que temer, es algo natural. En educación sucede  que tanto queremos pulir y arrancar las malas actitudes, juzgadas como tales por los que educamos seamos éstos padres o maestros, que terminamos aplastando lo bueno que a veces está tan íntimamente relacionado con lo malo. Peor aún a veces nos equivocamos y arrancamos algo virtuoso que por la cultura ha sido tachado de defectuoso. Por ejemplo jóvenes juzgados como indisciplinados que solo buscaban ser críticos y creativos. Así mismo niños sumisos que fueron alentados en esa condición solo porque favorecía la posición del adulto  de turno.

Maldad y bondad, son caras de la misma moneda? Maldad y bondad son puntos de vista interesados? Maldad y bondad están definidos por actitudes fruto de una cultura? Puede haber algo de maldad en un acto de bondad y viceversa? Pueden existir ambos atributos en una misma persona?  Solo una conciencia alerta puede discriminar entre lo que promueve lo vital en el otro o aquello que lo perjudica. Solo una conciencia fina puede autocensurarse cuando “sin querer queriendo”  está dañando a otra persona. Creernos como dioses para juzgar lo que es trigo y cizaña y arrancar  ésta de cuajo puede ser un acto de inconsciencia y de ignorancia, igual que dejarnos confundir puede ser un acto de estupidez o de ingenuidad.

Qué difícil es la vida! Sí, porque conviven juntos todos los contrarios, por tanto, a mi juicio, ni hay que alegrarse demasiado ni tampoco entristecerse hasta el extremo. Olvidarnos de los purismos,  ser realistas,  que quiere decir apreciar  todo lo bueno que nos circunda y también mirar lo perjudicial.  Creo que hay que observar mucho, concluir poco, reír bastante, hablar mesuradamente, escuchar ampliamente, vivir, mucho vivir, afilar eternamente la consciencia, tener esperanza siempre, siempre, y tratar de  optar por la bondad, humildemente, porque pudiéramos estar equivocados.       

               

lunes, 15 de diciembre de 2014

Cuentos cortitos


Cazador cazado

Cuando sintió el arma tan cerca de ella, largó un chisguete de vómito  que bañó la lustrosa pistola,  incluida la mano del delincuente. Le sorprendió el desvanecimiento súbito de su atacante, ya que segundos antes lucía con beligerancia el arma de fuego con la cual le había apuntado al vientre. Hizo conciencia entonces de la violación de que fue víctima y las  náuseas que en adelante le causaban los hombres portadores de armas de fuego. Nunca imaginó que un asqueroso vómito sería la más contundente bala para  paralizar a un quisquilloso macho.

El Misterio de la Sinfonía

Se embriagó una y otra vez degustando esa grandiosa sinfonía: la entrada de los chelos, el canturreo del fagot, el estruendo de los trombones y la melodía del  tercer movimiento que le llenaba de nostalgia y hacía mimos a su corazón. Disfrutó anticipando el canto de hermandad y alegría. Durante nueve días, una y otra vez la escuchó sin parar en los trayectos de su vehículo.  Mientras, las restantes ocho sinfonías reposaban silenciosas en la cajita. Al fin se dispuso a sacar del aparato la novena para escuchar la quinta. En efecto tomó la novena y la colocó junto a sus compañeras. Asió cuidadosamente la quinta y la introdujo en la disquetera, pero fue rechazada como si fuera un cd pirateado. Repitió la acción nueve veces sin éxito. Se aseguró de haber  colocado el disco adecuadamente. Chequeó si había oprimido correctamente el botón. Todo estaba en orden, mas, ¿por qué no podía poner a sonar la quinta según su decisión? Se hastió y con impotencia encendió la radio FM. Nunca pudo explicarse lo que sucedió, ya que al día siguiente todo funcionó normalmente. Especuló sin embargo: ¿se resistía el cd player a un cambio brusco de sinfonía? O, ¿estuvo  resentida la quinta al  escuchar durante nueve días consecutivos y en todos los caminos que hizo el vehículo, la inmortal e imperecedera novena sinfonía de Beethoven?

Chivo expiatorio

Por las mustias florecillas  blancas que reposaban  en el capote del carro de su esposo, se dio  cuenta que había visitado de nuevo a esa mujer canosa. A seguidas subió al vehículo y lo condujo hasta una estación de combustible. Compró gasoil y se dirigió a la casa de esa mujer. Desde lejos divisó el roble  repleto de volátiles flores. Detuvo su carro junto a la calzada y enchumbó con gas el tronco y las raíces del inocente 
árbol.
Falso te amo

No declarar amor con palabras fue  la única regla del juego amoroso que llevaban años en ejecución. Temían quedar presos en  la consciencia del amor. Por eso cuando ella no lo amaba más y decidió alejarlo para siempre, le dijo al oído quedamente “te amo”. Eso fue suficiente para espantarlo para siempre, como la cruz al diablo.

martes, 9 de diciembre de 2014

Para iluminar el debate acerca del aborto

La discusión del tema del aborto se ha vuelto acusatoria y extremista. Por  un lado los que defienden los derechos del feto, y por el otro, aquellos que levantan sus voces a favor de los derechos de la madre. ¿Es que no se puede estar a favor de ambos?  ¿Es posible ser creyente y también abierto, racional, comprensivo y tolerante? ¿Cuáles verdaderamente son nuestras posiciones íntimas y cuáles están impuestas por las creencias que suscriben las instituciones a las que pertenecemos? ¿No es doloroso  el aborto  y su situación en cualquier caso?

Juan Masiá, sacerdote jesuita y profesor de bioética en Japón habla de la asignatura pendiente, a saber: “proponer sin imponer, despenalizar sin fomentar, cuestionar sin condenar, concienciar sin excomulgar”.  Sus planteamientos pudieran arrojar luz para ordenar y hacer más racional este malentendido debate que ha devenido en posiciones tan radicales que exceden lo sensato. “Ningún gobierno tiene derecho a arrogarse el monopolio de la democracia. Ninguna iglesia o confesión religiosa tiene derecho a detentar el monopolio de la moral”, dice  Masiá. Su alternativa es  mediadora  y  propone,  para fines de discusión, articularla alrededor de las siguientes  reglas  que reproduzco de forma resumida:

1)  Evitar el dilema entre pro-life y pro-choice. Posturas opuestas pueden coincidir en que el aborto no es deseable, ni aconsejable; hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas.

2) No mezclar delito, mal y pecado. Rechazar desde la conciencia el mal moral del aborto es compatible con admitir, en determinadas circunstancias, que las leyes no lo penalicen como delito.

3) No ideologizar el debate. Evitar agresividad contra cualquiera de las partes, no hacer bandera de esta polémica por razones políticas o religiosas y no arrojarse mutuamente a la cabeza etiquetas descalificadoras ni excomuniones anacrónicas.

4) Dejar margen para excepciones. No formular las situaciones límite como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluida la madre) proteger ambas vidas.
5) Acompañar personas antes de juzgar casos. Ni las religiones deberían monopolizar la moral y sancionarla con condenas, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo.

6) Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituida como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él.

7) Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y abordar el problema social del aborto, para reprimir sus causas y ayudar a su disminución.

8) Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumáticos. Es importante prestar asistencia psicológica y social a quienes su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación.

9) Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10) Tomar en serio la contracepción, aun reconociendo sus limitaciones. Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga sólo en la mujer.


Ojalá que tanto los políticos, diputados, senadores, eclesiásticos como la ciudadanía en general puedan dialogar y debatir este tópico con cordura y altura. Ojalá que la relevancia y seriedad del  tema del aborto contribuya a  iluminar, comprender, acometer y buscar soluciones a las condiciones que rodean, anteceden y suceden a esta engorrosa situación humana.