sábado, 28 de noviembre de 2015

Corrupción legitimada





Soy de las personas que nunca pierdo la esperanza, soy optimista de naturaleza, quizá por herencia, por sobrevivencia afectiva o por miedo al dolor inminente. Sobre mi país soy de las que digo, aunque las cosas pinten mal, que por lo menos las verdades y malestares  están saliendo a flote, que por fin habrá una marcha de pendejos tan grande que será apabulladora y que entonces las autoridades tomarán consciencia, que somos una sociedad más democrática y plural…

Algunos  días me he unido a las protestas en contra de la corrupción en las cercanías de OISOE. La corrupción en esa institución fue tan evidente que llevó a una persona al suicidio. Ahora bien, ya se sabía que  una oficina como ésa se podía prestar para eso, es poner pólvora en manos de un pirómano. Hay muchas modalidades de corrupción estatal, pero tambièn las hay de muchos tipos dentro de las instituciones bancarias y empresariales. Es más, me atrevería a decir que hay algunas formas de corrupción que están legalizadas, por ejemplo, a nadie lo llevan a juicio por percibir un salario exorbitantemente alto, o elevados  beneficios a fin de año como ocurre en algunas instituciones bancarias. Son tantos los gastos internos que tienen, que no permiten bajar los intereses  ni los porcentajes de las tarjetas de crédito. Todo esto atenta contra la equidad y justicia social.

Antes se decía que los funcionarios públicos se corrompían porque sus salarios eran tan modestos que no les alcanzaban para un vida digna y de cierta comodidad merecida. Ahora con todo y los salarios altos hacen negocios relacionados con la misma institución donde trabajan, utilizando información, relaciones y a eso no se le llama  corrupción sino emprendimiento. Pero ¿quién denuncia la corrupción? Ahí está el problema, hizo falta la carta de un difunto por suicidio para destapar el sistema de la OISOE. Cuando la corrupción se instala, los vivos no la denuncian porque el sistema no se lo permite, todos están amparados bajo las mismas  “leyes”  e incumplirlas o denunciar podría ser nefasto para la persona que lo haga.  ¿Frente a  quien pone la denuncia? ¿Cuál sería el precio a pagar por semejante osadía? Si te quedas afuera del sistema ¿qué va a pasar con tu negocio o con tu procedimiento?
 

La corrupción lo corrompe y desmoraliza todo, esa es su función, que nadie tenga autoridad para decir nada, ni reclamar nada, es más ni el presidente, o jugamos todos o se rompe la baraja. El embajador de los Estados Unidos ha dado una voz de alarma, sin abstracciones, ha puesto ejemplos y casos que aunque no tengan nombre y apellido tienen ciudadanía y están tocando una fibra sensible para la economía, las inversiones.
 
Las protestas deberían ser masivas y de todos los sectores sociales. Las protestas deberían ser por familias con abuelos y nietos, sin ningún interés partidista por ahora, por supuesto que si las actuales autoridades no dan señales concretas de iniciar el proceso de mejora hay que derrotarlas en las urnas. 
 
La corrupción es legítima porque: -es validada por las mayorías que ejercen el poder y sumisamente por quienes lo sufren, - no es perseguida por la justicia y  -porque es el mejor modo de que los procedimientos caminen.   Y si es legítima ¿quien la desligitimará?

Me temo que estoy desesperanzada, yo también estoy involucrada. ¿Quien podrá  identificar la corrupción  y quién se atreve a denunciarla concretamente, hasta la autodenuncia?, es una especie de inmolación, de suicidio. Mientras tanto hay que protestar a ver si las palabras penetran en la consciencia y de ahí impactan a la acción.  

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